domingo, 26 de enero de 2014

El Medico de Cabecera


El Médico de Cabecera
Antiguamente, todos los miembros de una familia eran atendidos por un médico de familia o médico de cabecera, quien atendía a todos los miembros de una familia desde los pacientes más pequeños desde que nacían,  pasando por los niños más grandecitos en edad escolar, luego a los adultos y finalmente  a los mayores de la familia es decir a los abuelos. El médico de familia con el tiempo llegaba a constituirse en un miembro más de la familia, conocía a todos los miembros de esta por su nombre de pila, y entraba a las casas con la familiaridad de un tío o un padrino.
Muchas veces los hijos de los hijos que el médico de familia atendía también eran atendidos  luego por el médico de familia, de manera que éste llegaba a atender a dos o tres generaciones de una familia. Cuando había celebraciones familiares como bautismos, graduaciones o matrimonios, los médicos de familia acudían a participar de las celebraciones y ya no como médico, sino como amigos de la familia.
Con el desarrollo de la medicina y el conocimiento cada vez mayor de las enfermedades, la aparición de nuevos aparatos para diagnósticos de enfermedades cada vez más complejas, el conocimiento de nuevos tratamientos, la Medicina comenzó a especializarse y empezaron a aparecer los especialistas.
Y con la aparición de los especialistas el concepto de médico de familia o de cabecera se comenzó a perder. Los enfermos del corazón eran visto por el cardiólogo, los del pulmón por el neumólogo, los de riñón por el nefrólogo y etc. Todo esto asociado a un tratamiento hospitalario en del número de pacientes en un turno de 4 a 6 horas era muy grande y el tiempo que un médico le podía dedicar a la consulta a su paciente muy breve. La relación médico paciente comenzó a perder la calidad que tenía antes. La consultas comenzaron a ser impersonales, breves y frías. Y ya no se conversaba de todos los temas ni se trataban temas personales, incluso ya no se veían dolencias de otros órganos y sistemas sino solo la especialidad del médico especialista. De manera que si un pacientes acudía al cardiólogo y le comentaba al doctor que está triste y cansado éste lo envía al psiquiatra y asunto arreglado y que pase el siguiente paciente.
En el caso del adulto mayor consideramos que se debe de volver al médico de cabecera, debido a que el adulto mayor tiene varias dolencias a la vez, generalmente toma varios remedios o medicinas y a parte de las enfermedades, el adulto mayor comienza a presentar dificultades para movilizarse, vestirse y muchas veces hasta para alimentarse.
El médico de cabecera no debe de limitarse al diagnóstico de su paciente y recetarle una medicina, el médico de cabecera debe de ver a su paciente como a un ser integral, analizándolo completamente desde una visión bio, psico, social y espiritual. Debe de conocer bien a su enfermo, y debe de llegar a ser amigo, su socio, su cómplice, su “compinche”
Yo abogo y apuesto por el sistema antiguo del médico de familia o cabecera que había antes y que se vuelva a la medicina no como una relación fría e impersonal en donde solo se va por una receta sino por una medicina personal, cálida en donde el paciente vea que no sólo es recetado con unas cuantas medicinas sino que es atendido como un verdadero ser humano.
El médico de cabecera puede ser un médico general comprometido con su paciente, pero de preferencia que será un geriatra ya que tiene los conocimientos y experiencias en el trato completo y adecuado del Adulto Mayor.

Hasta pronto si Dios lo permite



Consultas, Servicio de Geriatría de la Clínica Los Andes, 221-0468

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