La
“Generación Sandwich”
Es un término coloquial, atribuido al grupo poblacional
que estaría entre los 40 y 60 años y que por un lado tiene hijos adolescentes y
jóvenes que por razones varias aún no han dejado el hogar y por el otro lado
tienen a sus padres ancianos, probablemente padeciendo de alguna enfermedad
crónica sino una discapacidad.
Se dice que la persona en este caso las personas que
tienen Padres ancianos e hijos jóvenes serían el jamón o la jamonada del sándwich
y los Padres e Hijos serían cada uno las tapas del pan, o sándwich.
Este término fue acuñado al psicólogo estadunidense Quaeshi
Walker quién notó que por un lado el aumento de la esperanza y expectativa de
vida de la población y en especial del grupo de los ancianos mayores de 80
años, que justo es el grupo poblacional que presenta mayores problemas médicos
como enfermedades crónico degenerativas, discapacidad y que es el mayor consumidor de los recursos sanitarios y hospitalarios del
medio. De manera que al aumentar los
ancianos en general también aumentan los abuelos en casa, pero lamentablemente
con una carga de enfermedad muy considerable.
Por otro lado se ha postergado la edad del compromiso o del matrimonio,
antiguamente bastaba terminar la adolescencia para formar un hogar, ya sea a
través del matrimonio o la convivencia. Anecdóticamente, mis pacientes ancianos
me comentaban a manera de broma, que la prima Julia o la prima Juana por decir
algún ejemplo era la solterona del barrio pues ya había cumplido los 25 años y
aún no se había casado. Hoy en día las personas jóvenes tanto hombres como
mujeres han postergado la fecha del compromiso matrimonial para después de
culminar los estudios, hace unos años, eran los estudios secundarios, luego
fueron los estudios universitarios y ahora la maestrías y porqué no una
rotación de capacitación externa al extranjero. Es decir las parejas de hoy se
están comprometiendo a los 40 años y ya no es ninguna novedad.
Finalmente dada la crisis, la competencia laboral muchos jóvenes aún
permanecen en casa de los padres, ya sea porque así lo han decidido o porque
aún no han logrado la independencia económica. Algunos llevan a la pareja a la
casa de los padres y también al bebe que vendría a ser el nieto y el bisnieto
respectivamente.
Todos esos factores contribuyen a que la persona se encuentre entre la
espada y la pared atrapado en dos polos opuestos. A veces incluso “las tapas
del sándwich” compiten entre ellos, es decir ocurren peleas y pleitos entre
nietos y abuelos por la atención que exigen a los padres o hijos
respectivamente.
Como todo grupo humano que vive en sociedad, se debe de negociar esta
convivencia, se les puede incluso pedir que los hijos jóvenes colaboren con el
cuidado de los abuelos, o al revés que los abuelos cuiden o vigilen a los
nietos (siempre y cuando esté en condiciones de hacerlo).
Es necesario recordar que muchas veces el hijo atrapado entre estos dos
polos opuestos también tiene hermanos y no es justo que sea él, el que pague
con todo, los hermanos también deben de colaborar y poner su grano de arena,
pues al final todos son hijos de los mismos padres.
La situación muchas veces se pone caótica entonces se debe de pedir ayuda
profesional que más que un remedio o fármaco debe de abordarlo desde el punto
de vista de la asistenta social y los psicólogos.
Viendo el lado positivo, pues tampoco se debe de ver como una tragedia,
sería una buena oportunidad para vivir un gran hogar una gran familia
intergeneracional en donde los nietos tienen el privilegio de vivir con sus
padres y abuelos y aprender y compartir el tiempo y la existencia.
Hasta pronto si Dios lo permite
Dr. Carlos Sandoval Cáceres - Médico Geriatra
Consulta: Clinica los Andes 221 0468
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